Los colores son muchos y poderosos, alegran nuestros corazones y satisfacen a nuestros ojos que los buscan avidamente; pero no nos resulta fácil dominarlos pues, como el resto de las cosas y a excepción del desorden, no se mantienen por si mismos.
Los colores son muchos y poderosos, alegran nuestros corazones y satisfacen a nuestros ojos que los buscan avidamente; pero no nos resulta fácil dominarlos pues, como el resto de las cosas y a excepción del desorden, no se mantienen por si mismos.
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