lunes, 23 de enero de 2012

Tiroteos nocturnos

Vecina·lola con pijama de franela, de ti aprendí a caminar sobre el techo y a no fiarme nunca más de quien es capaz de sonreirle al espejo con orgullo y autocompadecerse al mismo tiempo. Malvada vecina·lola, viviendo escondida pero obligando a todos a oir tu voz gritona y chirriante, pobre viejita inválida que por la noche hace crecer setas en mis paredes rojas, sádica inconsciente, masoquista declarada, un día de estos saltarás del tejado sin darte cuenta porque hace mucho que has entregado las riendas; por éso tengo que irme, no me gustaría verte desparramada en la acera cuando me asome una mañana a la ventana para regar mis lechugas.