sábado, 18 de diciembre de 2010

Crujientez.


Las lluvias de otoño nunca llegaron, pero los ciclos son necesarios y puedes notar la inflamación.
Hay cierta música poderosa que tiene largas y suaves manos con las que sacarte el intestino para después dejarte solo ante él. Y te preguntas qué hacer ahora con todas tus tripas al aire, siguen estando igual de enredadas sólo que ahora pasan frío, FRÍO. Mientras, ella se aleja con una mueca irónica de despedida, ambos sabéis que tú te lo has buscado.
Yo no sé por qué el ser crujiente ha de ser una virtud, mis tripas son blanditas y como todo lo bueno, al retorcerse hacen sonido de sopa.

1 comentario:

  1. Isto recordoume que cando no inverno me doía o estómago, sempre imaginaba que metía a mán (que as tiña congeladas)polo garganta abaixo e chegaba ó estómago e tocaba con ela as paredes que me ardían de carallo e así pasábame.
    E non, non ten nada que ver con garganta profunda
    linda lovelance r.i.p. coitadiña

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